Hola una semana más a esta newsletter, hoy con algo de retraso, disculpa.
Tengo el hábito de escribir cada edición desde 0 el sábado por la mañana y hoy me ha sido imposible por lo que la recibirás a una hora diferente pero la envío con más cariño y esfuerzo si cabe.
Hoy hablaremos de la teoría del iceberg de Hemingway y de cómo es de importante profundizar en las cosas y no quedarnos en lo superficial.
Hace unos 10 años tuve que contratar mucha gente y lo debía hacer basándome en algo que está tan de moda hablar como son las soft skills, es decir es las cualidades personales y no las formativas que serían las hard skills.
Tras muchas contrataciones (+ de 100) aprendí a separar a la gente entre la que profundiza en las cosas y con las que se quedan en la superficie y la teoría del iceberg de Hemingway va sobre esto.
El famoso escritor estadounidense, antes de ganar el premio Pulitzer y el Nobel de literatura se dedicó de joven al periodismo dónde cogió la habilidad de escribir transmitiendo mucho con poco contexto y margen de interpretación. Esta técnica, digamos minimalista, la continuó desarrollando en sus cuentos y novelas hasta tal punto que en algunas novelas suyas no escribe el final pero el lector es capaz de saberlo.
La teoría recibe el nombre del iceberg porque enseñando una parte mínima de aquello que queremos transmitir la otra parte logra conocer mucho más.
Y dirás ¿ Voy a saber una cosa que no me explican? Pues si, si somos capaces de profundizar en lo que nos explican conoceremos la verdad, pero para esto o eres un genio escribiendo como Hemingway o bien es el receptor que debe profundizar.
Hoy en día, pese a vivir en la época de la información, la gente cada vez profundiza menos.
El cerebro es muy vago y y si con lo que damos ya se puede dar por satisfecho no voy a profundizar más.
Por eso digo que existen dos tipos de personas, las que profundizan en las cosas y las que no.
Y es que muchas veces hablando sobre cómo hacer entrevistas de trabajo siempre digo que lo que mejor me funciona y lo que muchos han probado y me han dado la razón es hacer que la otra parte hable sobre un tema que escoja en ese momento para así analizar su capacidad de profundizar y de hacerse entender.
Com esto la persona habla sobre un tema que está a gusto y a priori sabe mucho por lo que somos capaces de medir su capacidad de profundizar. Créeme que aunque la otra parte te hable de un tema que no conozcas serás capaz de saber si profundiza o no.
Normalmente la gente que mejor rinde en el trabajo tiene alguna o varias aficiones en las que está a un nivel muy por encima del público o incluso del aficionado normal.
Rodéate de gente que profundice pero que lo haga de verdad.
En un primer momento yo era muy defensor de cursos tipo el Power MBA porque ayudaba a las personas a conocer temas empresariales que no había tenido la oportunidad de aprender y que era una buena puerta de entrada para profundizar.
Aunque son cursos muy muy básicos pensaba que eran buenos para despertar ese apetito de profundizar en las cosas.
Tras conocer a mucha gente que los ha hecho, creo que despierta más un sesgo de Dunning Kuger que de aprendizaje.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Efecto_Dunning-Kruger (te ánimo a profundizar en el enlace si no conoces tal efecto y disculpa que no me funciona el añadir un link).
Si bien, aunque sería mejor que animaran más a profundizar, todo conocimiento adquirido es muy bueno, siempre y cuando seamos capaces de conocer nuestras limitaciones y no deslumbrarnos con lo adquirido.
Y es que lo de pintar la mona es eso, darle brillo a algo que no aporta más valor por más capas y capas de brillo que le queramos dar.
Y es que a veces con un vídeo hablando de ventajas competitivas o océanos azules ya nos creemos los reyes del mambo.
No pasa nada, a todos nos ocurre.
Recuerdo cuando me compré el libro de océanos azules me creía el más sabio del lugar. A los años al profundizar en él, leer las referencias del libro y artículos relacionados más me dí cuenta que sin divagar y comentar me quedaba en estadios muy altos.
un abrazo y hasta la semana que viene.